La Cuarta Revolución Industrial está en marcha y los estados miembros de la Unión Europea se han quedado atrás de China y Estados Unidos en el desarrollo de la infraestructura necesaria para aprovechar al máximo su potencial. La fuerza de la UE es su diversidad de culturas e idiomas, pero en el caso de la innovación, esta diversidad está demostrando ser una barrera para escalar nuevos desarrollos. Si bien el comercio de bienes puede ser alto, el comercio digital sigue estando limitado por la falta de armonización en los mercados digitales y las intervenciones de ciertos estados que hacen que la inversión sea más engorrosa.

Si no se realizan las inversiones necesarias para desarrollar una infraestructura digital del siglo XXI a tiempo, la UE se encontrará en desventaja competitiva en los mercados mundiales, lo que obstaculizará el crecimiento económico en el futuro previsible. En la base de tecnologías como la inteligencia artificial y el internet de las cosas, que prometen grandes ganancias en la productividad, se encuentra la necesidad de infraestructuras digitales sólidas y la accesibilidad de las tecnologías de ancho de banda de próxima generación.

La campaña del Mercado Único Digital del Consumer Choice Center busca mejorar las bases digitales existentes de la Unión Europea contribuyendo a la liberalización y armonización del Mercado Digital Europeo.