En todo el mundo, los gobiernos han disminuido las opciones de los consumidores al aprobar leyes y reglamentos que no se basan en la ciencia. De hecho, existe una maquinaria eficaz y bien financiada de grupos de presión y activistas ambientales que impulsan la mala ciencia con fines políticos.

Para los consumidores, el debate sobre si la formulación de políticas basadas en evidencia debería ser el mantra rector de los políticos ni siquiera debería existir porque la respuesta es obvia: los políticos deberían defender la integridad de la investigación científica, escuchando más a los expertos de campo, médicos y científicos y menos a activistas y grupos políticos, especialmente los financiados con dinero público.

Al final, el Centro de Elección del Consumidor cree que los consumidores son los principales beneficiarios de los avances científicos y la tecnología de punta y solo las políticas públicas basadas en la ciencia traerán el progreso que todos los consumidores merecen.

Alentamos a los formuladores de políticas a escuchar a los expertos y utilizar datos imparciales para promover agendas que reconozcan la importancia de la innovación e incentiven el progreso.