El panorama de la economía colaborativa, evaluado por un índice reciente, revela que, si bien ninguna ciudad logró una puntuación perfecta, Vilnius, Lituania, lideró el grupo con 155 de 160 puntos. Vilna se ha posicionado como un centro de economía digital, como lo demuestra una iniciativa privada de 100 millones de euros para un destacado campus tecnológico en Europa. Argentina ocupa un lugar destacado, pero enfrenta obstáculos regulatorios, especialmente con fintech, debido a las complicadas regulaciones del Banco Central.

Madrid cuenta con un panorama fintech favorable, obstaculizado sólo por permisos e impuestos específicos para viajes compartidos y pisos compartidos. Belgrado exhibe una innovación sin permiso en el transporte privado, pero se enfrenta a complejidades regulatorias en los préstamos entre pares. Si bien todos los servicios están disponibles en Londres, la ciudad se queda atrás del podio y aterriza en el quinto lugar debido a una combinación de obstáculos regulatorios.

A pesar de las mejoras generales en la puntuación, algunas ciudades quedan rezagadas debido a preocupaciones de seguridad, impuestos y licencias estrictas, en particular Tallin, Tbilisi, Ciudad de México, Varsovia, Kiev, Atenas, Tokio y Sofía. Estas ciudades se enfrentan a diversos desafíos, desde servicios descontinuados de uso compartido de vehículos hasta marcos fintech fragmentados, lo que obstaculiza su progreso en la adopción y regulación de la economía colaborativa.