Lo que deberías saber

La estrategia de la granja a la mesa (F2F), publicado por la Comisión Europea en mayo de 2020, es un intento centralizado de adaptar la agricultura europea a los apremiantes desafíos del día. Ampliamente criticado por los EE. UU., el F2F hace la vista gorda ante los mejores intereses de los agricultores y consumidores europeos, y corre el riesgo de causar más daño que bien no solo en casa sino también en el extranjero. El F2F sirve como una lección de cómo no abordar la agricultura en el siglo XXI.

La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la resiliencia de los sistemas alimentarios es fundamental. Las futuras pandemias combinadas con los desafíos ambientales exigen un enfoque basado en la ciencia para la producción de alimentos tanto en la UE como en todo el mundo. Aunque tiene una intención noble, el impulso audaz de la estrategia Farm to Fork para la agricultura orgánica no brinda soluciones viables a los problemas climáticos apremiantes y solo conducirá a precios al consumidor más altos, más comercio ilícito y más inseguridad alimentaria.

La estrategia Farm to Fork asume que la agricultura orgánica es más sostenible que la agricultura convencional y se le debe dar todas las preferencias. Para lograrlo, la Comisión Europea propuso reducir el uso de pesticidas en la UE en un 50 % y aumentar la agricultura orgánica en la producción agrícola del 7,5 % al 25 %. Sin embargo, tal compromiso no es amigable con el clima ni factible.

En lugar de imitar la estrategia F2F, EE. UU. debería esforzarse por preservar su ventaja competitiva en la producción de alimentos y solo ver la estrategia F2F como un recordatorio de por qué la política no tiene cabida en la agricultura.

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