¿Por qué Europa lucha por crear sus propios gigantes digitales?
¿Por qué Europa lucha por crear sus propios gigantes digitales? Esta es la pregunta del millón de euros que obsesiona a la Comisión Europea. En un artículo de opinión publicado en julio pasado en Le Figaro, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, advirtió de la urgente necesidad de “garantizar la soberanía digital de Europa” en un contexto en el que se intensifica la rivalidad entre las grandes potencias.
El presupuesto concedido a la política de soberanía por parte de la Unión Europea se ha incrementado en “20% en comparación con el presupuesto anterior, e incluso en 30% tras la salida del Reino Unido”, se complace en informar Thierry Breton. en Los Echos. El nuevo DigitalEuropa programa, prosigue, “permitirá inversiones adicionales de más de 20.000 millones”. La iniciativa tiene como objetivo 'alentar' y 'apoyar' a las industrias de tecnología digital -según se puede leer en el sitio web oficial-.
Al mismo tiempo, la Comisión Europea continúa su guerra contra los GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) y se plantea gravar a los gigantes digitales estadounidenses para financiar su plan de recuperación. Para justificar este nuevo impuesto, que inevitablemente reducirá el poder adquisitivo de los consumidores, la UE argumenta que GAFA pague “la mitad” de impuestos en Europa que otras empresas. Sin embargo, como ha demostrado el Institut Economique Molinari en un estudio reciente, los GAFA pagan tantos impuestos como las grandes empresas europeas. A la luz de este hecho, el impuesto GAFA parece muy injusto.
Subvencionar a las empresas nacionales por un lado y gravar a los competidores internacionales por el otro: el enfoque de la Comisión Europea parece estar inspirado en la doctrina de las industrias nacientes defendida por el economista del siglo XIX Friedrich List. Sin embargo, esta estrategia no aborda el problema fundamental del mercado digital europeo, además de ser extremadamente costosa.
Como Luca Bertoletti y Ryan Khurana, autores de una nota de política sobre el tema para el Consumer Choice Center (CCC), puntualiza, si la Unión Europea está en desventaja frente a Estados Unidos o China es porque no tiene un verdadero mercado único digital. Solo el 15% de los europeos, por ejemplo, compra en línea en un sitio con sede en otro país de la UE. 63% de sitios web ni siquiera permiten a los consumidores comprar un producto de otro país de la UE.
Por lo tanto, el mercado digital de Europa está lejos de ser un mercado único como lo es en EE. UU. y China. Esto es problemático porque limita la competencia a escala nacional e impide que las empresas más exitosas de Europa ganen cuota de mercado y logren importantes economías de escala. Por lo tanto, los autores de la nota para el Consumer Choice Center recomiendan eliminar las barreras restantes a la competencia en el mercado digital europeo.
La fragmentación del sector de las telecomunicaciones es particularmente llamativa. Mientras que los operadores rumanos y finlandeses se encuentran entre los mejores del mundo, tanto en términos de calidad como de competitividad de precios, los servicios de telecomunicaciones en España e Irlanda suelen ser de mala calidad y excesivamente caros.
Los consumidores españoles e irlandeses se beneficiarían enormemente de una mayor competencia en este sector. Para permitir que los mejores servicios ganen cuota de mercado, la Unión Europea debe fomentar la prestación transfronteriza de servicios de telecomunicaciones y eliminar las protecciones para los operadores establecidos. La ley de competencia también debe adaptarse para permitir la fusión de diferentes operadores telefónicos nacionales y garantizar que los países pequeños no se vean en desventaja. Los estados accionistas deberían retirarse parcialmente de la fusión para alentar la inversión privada y así promover la competencia.
En un verdadero mercado único digital, los usuarios tampoco deben ser discriminados en función de su dirección IP o la ubicación de su cuenta bancaria. Por lo tanto, deberíamos introducir licencias transfronterizas de medios digitales y liberar la compra de contenido digital de las limitaciones geográficas. Estas medidas permitirían a los consumidores tener acceso a una elección más amplia y, por lo tanto, intensificarían la competencia entre los proveedores.
También debemos señalar que el entorno normativo sigue siendo demasiado desfavorable para la experimentación y la innovación en Europa. Esta es una de las razones por las que las tecnologías más disruptivas a menudo se importan del extranjero y rara vez se desarrollan en Europa. Para remediar esto, deberíamos aumentar el número de “cajas de arena regulatorias” que permitan a las empresas derogar las regulaciones para probar nuevos productos en un entorno controlado.
También hay que llamar la atención sobre la decisión de la Comisión Europea de utilizar Wifi como infraestructura para dar cabida a los coches autónomos. Si bien es cierto que Wifi es más rápido de implementar y menos costoso, la tecnología 5G es mucho más prometedora. Los fabricantes de automóviles ya han expresado su preocupación en esta asignatura. Elegir 5G en lugar de Wifi es quedarse atrás de una tecnología que seguramente será la base de la cuarta industria revolución por venir.
El desafío para Europa hoy es evitar cometer los mismos errores que en el pasado. Si Europa quiere jugar en la misma liga que Estados Unidos y China, seguramente tendrá que hacer las inversiones necesarias en las infraestructuras del futuro, pero también, y sobre todo, armonizar y liberalizar su mercado digital.
Publicado originalmente aquí.