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La administración Biden ha publicado un memorando de seguridad actualizado, que describe las amenazas al sistema agrícola estadounidense, así como las formas de abordarlas. “Para lograr esto, el Gobierno Federal identificará y evaluará las amenazas, las vulnerabilidades y los impactos de estos incidentes catastróficos y de consecuencias graves, incluidos, entre otros, los que presentan las amenazas QBRN (químicas, biológicas, radiológicas o nucleares), el cambio climático y ciberseguridad, y priorizará los recursos para prevenir, proteger, mitigar, responder y recuperarse de las amenazas y peligros que representan el mayor riesgo”, se lee en el documento publicado el mes pasado.

La Casa Blanca aborda un tema importante al abordar las amenazas únicas que enfrenta el sector agrícola y hasta qué punto el sistema de producción de alimentos estadounidense podría verse amenazado por acciones nacionales o extranjeras. Aborda, por ejemplo, los impactos de los productos químicos industriales tóxicos, desde el punto de vista no solo de los efectos en los seres humanos, sino también en el ámbito biológico, lo que podría afectar la productividad de las granjas.

El memorando llega en un momento en que las interrupciones en la cadena de suministro han demostrado a los consumidores hasta qué punto un sistema alimentario puede desestabilizar el funcionamiento interno de un país. Por ejemplo, la invasión rusa de Ucrania no es solo un conflicto militar que se desarrolla en el campo de batalla, también es una guerra de alimentos, en la que la maquinaria de guerra rusa mantiene como rehenes las exportaciones de granos ucranianos a través de sus puntos estratégicos. Las continuas transacciones de granos en el Mar Negro se han mantenido en terreno rocoso, a pesar de la importancia vital para la economía ucraniana. Esta guerra pone de relieve cómo la infraestructura civil se convierte rápidamente en un objetivo militar y cómo garantizar la seguridad no se trata solo de misiles antiaéreos, sino también de proteger elementos industriales estratégicos.

Por esa razón, no solo es loable que la administración aborde estos riesgos, sino también que el USDA haya estado a la vanguardia en la defensa de la seguridad alimentaria a través de la innovación. La Agenda de Innovación Agrícola (AIA) del USDA promueve la noción de que más innovación, a través de la investigación y la inversión públicas y privadas, hace que el sistema alimentario sea más eficiente y sostenible. En comparación con el enfoque de la Unión Europea, que busca reducir el uso de la tierra agrícola y la ganadería, en detrimento del sector alimentario europeo, la AIA adopta un enfoque prospectivo.

La Casa Blanca aborda un tema importante al abordar las amenazas únicas que enfrenta el sector agrícola y hasta qué punto el sistema de producción de alimentos estadounidense podría verse amenazado por acciones nacionales o extranjeras. Aborda, por ejemplo, los impactos de los productos químicos industriales tóxicos, desde el punto de vista no solo de los efectos en los seres humanos, sino también en el ámbito biológico, lo que podría afectar la productividad de las granjas.

El memorando llega en un momento en que las interrupciones en la cadena de suministro han demostrado a los consumidores hasta qué punto un sistema alimentario puede desestabilizar el funcionamiento interno de un país. Por ejemplo, la invasión rusa de Ucrania no es solo un conflicto militar que se desarrolla en el campo de batalla, también es una guerra de alimentos, en la que la maquinaria de guerra rusa mantiene como rehenes las exportaciones de granos ucranianos a través de sus puntos estratégicos. Las continuas transacciones de granos en el Mar Negro se han mantenido en terreno rocoso, a pesar de la importancia vital para la economía ucraniana. Esta guerra pone de relieve cómo la infraestructura civil se convierte rápidamente en un objetivo militar y cómo garantizar la seguridad no se trata solo de misiles antiaéreos, sino también de proteger elementos industriales estratégicos.

Por esa razón, no solo es loable que la administración aborde estos riesgos, sino también que el USDA haya estado a la vanguardia en la defensa de la seguridad alimentaria a través de la innovación. La Agenda de Innovación Agrícola (AIA) del USDA promueve la noción de que más innovación, a través de la investigación y la inversión públicas y privadas, hace que el sistema alimentario sea más eficiente y sostenible. En comparación con el enfoque de la Unión Europea, que busca reducir el uso de la tierra agrícola y la ganadería, en detrimento del sector alimentario europeo, la AIA adopta un enfoque prospectivo.

Publicado originalmente aquí

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