Ucrania, uno de los principales exportadores de cereales del mundo, ha anunciado que prohibirá las exportaciones de trigo si sus ventas superan los límites acordados con los comerciantes, según Taras Vysotskiy, viceministro de economía y agricultura.
La medida fue precedida por un llamado de marzo de los panaderos y molineros ucranianos para limitar las exportaciones de granos para mantener los precios del pan a la luz de la crisis del coronavirus.
En respuesta, Maria Chaplia, Asociada de Asuntos Europeos, dijo que prohibir las exportaciones para garantizar un suministro suficiente y sin trabas al mercado interno es una política bien intencionada, pero que tendrá efectos económicos adversos a largo plazo.
“Las prohibiciones de exportación son una respuesta natural a la situación de emergencia provocada por la pandemia. El objetivo es evitar una escasez de suministro y picos en los precios de los cereales. Pero la preocupación es que este movimiento genere pérdidas en el futuro en forma de relaciones secuestradas con socios comerciales y capacidad de exportación dañada”, dijo Chaplia.
“Las exportaciones de cereales son una parte crucial de la economía de Ucrania, y prohibirlas o restringirlas perjudicará a los exportadores nacionales. Es probable que pidan algún tipo de subvención del Estado para sostener su producción. Ucrania, un país simultáneamente en guerra con Rusia y el coronavirus, endeudado por dentro y por fuera, no puede permitírselo.
“Pero no es sólo Ucrania. Múltiples países han señalado su voluntad de volverse hacia adentro. Recientemente, Rumania introdujo una prohibición a la exportación de granos y granos procesados (incluida la panadería) fuera de la Unión Europea, y los agricultores rumanos ya han expresado sus preocupaciones.
“Aunque tentador, el nacionalismo económico es increíblemente costoso, especialmente a largo plazo. Es un lobo con piel de oveja lo que empujará la economía ucraniana aún más abajo”.
Publicado originalmente aquí.
El Consumer Choice Center es el grupo de defensa del consumidor que apoya la libertad de estilo de vida, la innovación, la privacidad, la ciencia y la elección del consumidor. Las principales áreas políticas en las que nos centramos son digital, movilidad, estilo de vida y bienes de consumo, y salud y ciencia.
El CCC representa a los consumidores en más de 100 países de todo el mundo. Supervisamos de cerca las tendencias regulatorias en Ottawa, Washington, Bruselas, Ginebra y otros puntos críticos de regulación e informamos y activamos a los consumidores para que luchen por #ConsumerChoice. Obtenga más información en ConsumerChoicecenter.org