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La innovación es clave para luchar contra el cambio climático.

La lucha contra cambio climático se ha convertido en uno de los temas más discutidos en el Reino Unido y en todo el mundo. Y por una buena razón. Sin embargo, es alarmante que este noble objetivo se utilice a menudo para justificar todo tipo de prohibiciones. Recientemente, por ejemplo, Goldsmiths, Universidad de Londres prohibió la venta de carne en el campus.

Prohibiciones como esta restringen nuestras opciones. Y a menudo no logran el objetivo deseado. Por ejemplo, la prohibición de popotes y agitadores de plástico entrará en vigencia en 2020. Algunas empresas, como McDonald's, se están adelantando a la prohibición al reemplazar los popotes de plástico por de papel. Pero recientemente, McDonald's admitió que sus nuevos popotes de papel, que supuestamente reducirían el daño al medio ambiente, no se puede reciclar.

Además, cuando las prohibiciones se ven como una solución fácil, las ideas innovadoras a menudo quedan fuera del debate. La mejor manera de reducir el impacto de la producción de alimentos en el clima es adoptar la innovación. En una nota positiva, boris jhonson ha prometido liberar al sector biotecnológico del Reino Unido de las normas de modificación antigénica de la UE. Esto podría convertir al Reino Unido posterior al Brexit en una potencia biotecnológica global y orientada al futuro, y podría ayudar al planeta. Esta oportunidad no se puede perder.

Actualmente, las leyes que cubren los organismos modificados genéticamente (OGM) en el Reino Unido se basan principalmente en UE ley. Es ilegal cultivar cultivos modificados genéticamente con fines comerciales, pero se pueden importar. Este enfoque es regresivo y ha dejado a la agricultura británica rezagada con respecto a otros países no pertenecientes a la UE, incluidos EE. UU., Canadá y Australia, que tienen sectores agrícolas en auge.

Por muy impopular que sea, la modificación genética tiene muchos beneficios. Mejora el rendimiento agrícola y reduce la necesidad de productos químicos. También reduce el costo, el uso de energía y las emisiones de carbono asociadas con el combustible diesel para tractores y la fumigación con pesticidas. Permitir la modificación genética conduciría a precios más bajos en las tiendas y alentaría a los agricultores a innovar. PODCASTHierba, cigarrillos e Irn-Bru, con Julia Hartley-BrewerSPIKED

Además de permitir el crecimiento de cultivos transgénicos, también es esencial crear condiciones de mercado justas para los alimentos transgénicos. Actualmente, según la legislación de la UE, los productos que contienen OMG se etiquetan como tales. Esto da una ventaja injusta a los alimentos libres de transgénicos. Su objetivo es alejarnos de los productos más innovadores.

Peor aún, las prohibiciones de modificación genética limitan nuestras opciones al impedir la venta de sustitutos de la carne, como los desarrollados por Impossible Foods o el salmón transgénico. Después del Brexit, el Reino Unido podría ser el primer país europeo en venderlos, pero solo si elige el camino de la innovación. Mantener las reglas anti-GM de la UE también sería un obstáculo importante para lograr acuerdos comerciales en todo el mundo.

Imponer prohibiciones, ya sea sobre carne, plásticos u OGM, siempre parece el curso de acción más fácil y obvio. Pero, a la larga, fomentar sustitutos innovadores será mucho más gratificante. Más innovación significa menos daño ambiental, más opciones para los consumidores y más prosperidad para el país.

María Chaplia es asociado de asuntos europeos en el Consumer Choice Center.

Publicado originalmente aquí

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