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Los combustibles de aviación sostenibles (SAF) son un objetivo encomiable para los formuladores de políticas; sin embargo, el impulso para los SAF debe trascender las fronteras, fomentando la colaboración entre naciones, reguladores y otras partes interesadas.

En la búsqueda de cielos más verdes, los reguladores de todo el mundo se enfrentan al desafío de hacer que los combustibles de aviación sean más sostenibles. La Unión Europea (UE) ha tomado la iniciativa con su legislación ReFuelEU, que exige un aumento gradual en el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF). Sin embargo, el camino hacia una aviación sostenible no está exento de obstáculos, ya que los SAF siguen siendo actualmente entre tres y cuatro veces más caros que el queroseno convencional. Además, el posible aumento de los precios al consumidor añade otra capa de complejidad al ya intrincado debate.

En noviembre de 2023, el Consejo de la UE adoptó la iniciativa 'ReFuelEU aviación', un componente clave del paquete 'Fit for 55', destinado a reducir la huella de carbono del sector de la aviación. La legislación exige que los proveedores de combustible de aviación incluyan una proporción mínima de combustibles de aviación sostenibles (SAF) en sus productos, comenzando en 2% en 2025 y alcanzando 70% en 2050. También se requieren combustibles sintéticos, con una proporción cada vez mayor. La ley tiene como objetivo alinear el transporte aéreo con los objetivos climáticos de la UE, abordando problemas de baja oferta y altos precios que obstaculizan el desarrollo de SAF. El reglamento entrará en vigor el 1 de enero de 2024, con ciertas disposiciones aplicables a partir de 2025.

Una preocupación clave en este discurso es la necesidad de un enfoque global en lugar de sucumbir a medidas proteccionistas. El impulso a los SAF debería trascender las fronteras, fomentando la colaboración entre naciones, reguladores y otras partes interesadas. A medida que la UE presiona para que se adopten normas estrictas, también debe superar las reservas históricas y adoptar la neutralidad tecnológica.

Un aspecto notable de este desafío es el papel de los SAF derivados del aceite de palma, particularmente en el sudeste asiático. Es necesario reconsiderar la postura proteccionista de la UE sobre los biocombustibles de esta región. Los derivados del aceite de palma, como el efluente de la fábrica de aceite de palma (POME) y el destilado de ácidos grasos del aceite de palma (PFAD), presentan una materia prima viable para la economía circular para los SAF. Los exportadores del sudeste asiático y de África occidental tienen el potencial de reducir las emisiones de la aviación proporcionando un suministro constante de estos productos de desecho.

Sin embargo, surge una paradoja si consideramos que las mismas voces que abogan por la eliminación gradual de los combustibles fósiles se han opuesto históricamente al uso de aceite de palma. El enfoque de la UE respecto del aceite de palma como materia prima para los SAF parece contradictorio y destaca la necesidad de una estrategia más matizada y coherente. Para que los SAF tengan éxito, los responsables de las políticas deben conciliar los objetivos ambientales con el potencial de las materias primas innovadoras.

Al establecer un paralelo con la política energética de Alemania, que, en su afán por descarbonizar y desnuclearizar, tuvo consecuencias no deseadas como un mayor uso de carbón y mayores precios de la electricidad, la UE debe actuar con cautela. Es fundamental lograr el equilibrio adecuado para garantizar que los objetivos de sostenibilidad no den lugar inadvertidamente a resultados económicos y ambientales adversos.

El panorama global complica aún más las cosas, ya que varios países adoptan sus propios enfoques. El Mandato de Combustible de Aviación Sostenible del Reino Unido y la Hoja de Ruta del Gran Desafío de Combustible de Aviación Sostenible de EE. UU. muestran diversas estrategias. Aún así, la armonización de las normas es esencial para la aceptación generalizada de los SAF.

Los marcos regulatorios en la UE, el Reino Unido y los Estados Unidos subrayan la complejidad del tema. Los criterios sobre lo que constituye un SAF son centrales en el debate, ya que las diferentes normas y certificaciones complican el impulso global por la sostenibilidad.

El camino hacia combustibles de aviación asequibles y sostenibles exige un esfuerzo colaborativo y global. La UE debe abandonar cualquier punto de vista proteccionista sobre los SAF derivados del aceite de palma y adoptar un enfoque más equilibrado. A medida que la industria de la aviación avanza hacia un futuro más verde, los formuladores de políticas, reguladores y activistas deben deshacerse de viejos mantras y priorizar las soluciones pragmáticas sobre los debates ideológicos.. Para que los combustibles sostenibles para aviones lleguen a convertirse algún día en una alternativa económicamente viable para el mercado masivo, se necesitan enfoques inteligentes y pragmáticos.

Publicado originalmente aquí

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