En la búsqueda global de pastos más verdes, los reguladores de todo el mundo están lidiando con el desafío de hacer que los combustibles de aviación sean más sostenibles. La Unión Europea ha asumido un papel de liderazgo e introducido una legislación conocida como ReFuelEU, que exige un aumento gradual en el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF). El camino hacia una aviación sostenible enfrenta obstáculos, en particular el costo actual de los SAF, que sigue siendo más del doble de la cantidad del queroseno tradicional. Sin embargo, el precio no es el único obstáculo para que nuestros aviones sean más ecológicos.
En un acontecimiento reciente, el Departamento de Transporte se ha comprometido a introducir un mecanismo de certeza de ingresos para apoyar la producción de SAF e impulsar su adopción. Esta iniciativa tiene como objetivo brindar a los productores una mayor seguridad sobre los ingresos provenientes del SAF que producen. El programa SAF del Reino Unido, que ya es uno de los más completos a nivel mundial, se beneficiará de este plan, junto con la introducción de un mandato SAF en 2025.
Un enfoque global que evite el proteccionismo es vital para la revolución SAF. La promoción de los SAF debe extenderse más allá de las fronteras y fomentar la colaboración entre naciones, reguladores y otras partes interesadas. Si bien la UE aboga por normas estrictas, debe superar las reservas históricas y adoptar la neutralidad tecnológica.
Una dimensión importante de este desafío es el papel de los SAF derivados del aceite de palma, particularmente en el sudeste asiático. La UE ha adoptado tradicionalmente una postura proteccionista respecto de los biocombustibles de esta región y ha prohibió el uso de aceite de palma en la producción de SAF, una medida que ha sido recibida con protestas de Malasia e Indonesia. Aunque tengan buenas intenciones, deben reconsiderar esta posición. Derivados como el efluente de las fábricas de aceite de palma y el destilado de ácidos grasos del aceite de palma ofrecen una materia prima viable para los SAF, y los exportadores del sudeste asiático y de África occidental pueden reducir potencialmente las emisiones de la aviación suministrando estos productos de desecho de manera constante.
Surge una paradoja si se considera que las mismas voces que piden la abolición de los combustibles fósiles se han opuesto históricamente al uso de aceite de palma. El enfoque de la UE respecto del aceite de palma parece entonces contradictorio y enfatiza la necesidad de una estrategia más matizada y coherente. Para que los SAF prosperen, los formuladores de políticas deben conciliar los objetivos ambientales con el potencial de las materias primas innovadoras.
Al establecer paralelismos con la política energética de Alemania, que inadvertidamente aumentó el uso del carbón y los precios de la electricidad en su fervor por descarbonizar y desnuclearizar, la UE debe actuar con cautela. Lograr el equilibrio adecuado es crucial para garantizar que los objetivos de sostenibilidad no den lugar involuntariamente a resultados económicos y ambientales adversos.
El panorama global complica aún más las cosas, ya que varios países adoptan sus propios enfoques. El Mandato de Combustible de Aviación Sostenible del Reino Unido y la Hoja de Ruta del Gran Desafío de Combustible de Aviación Sostenible de EE. UU. ejemplifican diversas estrategias. Sin embargo, la armonización de las normas resultará esencial para la aceptación generalizada de los SAF.
Los marcos regulatorios en la UE y el Reino Unido subrayan la complejidad del tema. Los criterios para definir los SAF también son centrales en el debate, ya que las diferentes normas y certificaciones complican el impulso global por la sostenibilidad.
Fundamentalmente, el camino hacia combustibles de aviación asequibles y sostenibles exige un esfuerzo colaborativo y global. La UE debe abandonar cualquier visión proteccionista sobre los SAF derivados del aceite de palma y adoptar un enfoque más equilibrado. A medida que la industria de la aviación avanza hacia un futuro más verde, los formuladores de políticas, reguladores y activistas deben deshacerse de viejos mantras y priorizar las soluciones pragmáticas sobre los debates ideológicos. Es imprescindible adoptar enfoques inteligentes y pragmáticos para hacer de los combustibles sostenibles para aviones una alternativa viable para el mercado masivo.
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