Tras las elecciones parlamentarias de la UE de la semana pasada, el Consejo Europeo está concluyendo las negociaciones sobre las propuestas finales de este mandato. El principal de ellos es una propuesta de reglamento que exigiría el escaneo de las comunicaciones digitales para “prevenir y combatir el abuso sexual infantil”.
Si bien su nombre no es controvertido, el diablo está en los detalles. En resumen, esta propuesta pondría fin a la amplia adopción de servicios cifrados de extremo a extremo que millones de personas han llegado a disfrutar y en los que confían, lo que los críticos llaman "control de chat".
En los distintos debates de la última semana, los miembros del Consejo de la UE han discutido y debatido las distintas características técnicas y de aplicabilidad de esta ley. Lo último expediente interinstitucional El seguimiento del progreso del reglamento demuestra que muchos estados miembros tienen serias preocupaciones sobre lo que traería esta ley.
Según documentos filtrados, un votación final podría suceder tan pronto como este miércoles. El Partido Pirata Alemán ha proporcionado información adicional sobre cómo los ciudadanos pueden opinar sobre esta propuesta.
Si este reglamento es promulgada En su forma actual, los nuevos poderes otorgarían a la policía la capacidad de obligar a los proveedores de mensajes cifrados a escanear y moderar el contenido en tiempo real para evitar responsabilidades judiciales.
Esto significa que se necesitarán servicios de correo electrónico, aplicaciones de mensajería, VPN, bases de datos de la empresa, carga de archivos en servidores seguros y mucho más para detectar y denunciar cualquier imagen, enlace o material relacionado con la explotación sexual o el delito en general.
Si bien esto puede parecer una exigencia política razonable, la amplia adopción de protocolos de cifrado y su función técnica significa que ya no habría comunicaciones seguras entre los ciudadanos europeos.
Además, no hay garantía de que ciertas autoridades no abusen de esta nueva capacidad para castigar a ciudadanos que de otro modo practican su libertad de expresión o utilizan servicios cifrados para proteger su información.
Como ha sido señaló Según Meredith Whittaker, presidenta de la aplicación de mensajería Signal, no existe una forma técnica ni factible de cumplir con esta regulación sin romper el cifrado por completo, lo que hace que todo el objetivo del cifrado sea discutible.
Esto se aplica a la información financiera, la propiedad intelectual de la empresa, los grupos de chat familiares y el historial del navegador en línea. De hecho, gran parte de la Internet moderna depende del cifrado para transmitir datos de forma segura y privada sin caer en manos de piratas informáticos y malos actores.
En lugar de encargar a las agencias policiales de los Estados miembros que utilicen órdenes judiciales y órdenes judiciales legales para buscar información sobre asuntos relacionados con la delincuencia, a la Comisión Europea le gustaría implementar tecnológicamente sistemas de puerta trasera para el cifrado. Para los consumidores europeos que aprecian y se benefician de la innovación tecnológica, esto no debería ser un comienzo.
Como mencioné en mi articulo En EU Tech Loop, los productos de consumo ordinarios han implementado protocolos de cifrado para proteger a sus usuarios y su información. Esto ha demostrado ser una maravilla de la innovación y ha desbloqueado nuevas capacidades en los servicios digitales.
El cifrado no es una herramienta buscada por delincuentes, abusadores y malos actores, sino más bien una parte cumbre de la economía digital moderna, utilizada por cientos de millones de clientes, ciudadanos y trabajadores para proteger sus datos y asegurar sus comunicaciones.
Cuando los líderes de los distintos estados miembros se reúnan en el Consejo Europeo esta semana y durante todo el verano, esperamos que emitan votos en contra para protestar contra los planes propuestos de Control de Chat.
Los ciudadanos europeos deberían sentirse capacitados para escribir a sus propios parlamentarios nacionales, así como a los miembros del Parlamento Europeo para expresar su oposición.
Al intentar deshacer esta regulación, deberíamos reimaginar cómo las sociedades democráticas pueden prevenir y procesar eficazmente el crimen sin recurrir a la vigilancia masiva.