La OMS decepciona una vez más al ocultar información vital a un grupo demográfico muy vulnerable: las nuevas mamás.
Estimada Organización Mundial de la Salud,
Estos últimos meses han revelado muchos problemas con sus políticas y recomendaciones. Miles de personas en todo el mundo están de luto por la muerte de sus seres queridos, lo que no habría sucedido si no hubieras estado repitiendo como un loro las impactantes mentiras de China sobre el coronavirus. Ninguna palabra oficial de disculpa compensaría las vidas perdidas.
Las recomendaciones de políticas de estilo de vida de la OMS, como la prohibición de la comercialización de sucedáneos de la leche materna, solo se suman a las presiones mentales y económicas a las que se enfrentan las nuevas mamás.
En su último informe, liberado junto con UNICEF y la Red Internacional de Acción por la Alimentación Infantil (IBFAN), insta a los países a prohibir la promoción de sucedáneos de la leche materna, incluida la publicidad y distribución de muestras gratuitas.
Si bien la OMS merece elogios por llamar la atención sobre el importante tema de la lactancia materna, es indignante presionar a las mujeres para que continúen amamantando durante la pandemia de COVID-19 y, al mismo tiempo, negarles información sobre alternativas.
En realidad, las nuevas mamás necesitaban esta información más que nunca durante la pandemia. Con el destacado nivel de experiencia de la OMS, los expertos de la OMS deben ser conscientes de que los altos niveles de estrés en las madres que amamantan pueden conducir a una reflejo de bajada difícil y a un disminución en el suministro de leche materna.
Las mujeres también pueden sufrir una afección subyacente como el VIH, la tuberculosis y ciertos tipos de cáncer que dificultan o imposibilitan la lactancia materna.
Incluso las madres sanas, en las mejores circunstancias, tienen problemas para amamantar. Estas mamás también han sentido un estrés extremo durante la pandemia, por lo que, para algunas, es casi imposible.
La lactancia materna no se trata solo de nutrición; también ayuda a establecer una conexión de por vida entre madre e hijo. La salud mental de una madre se proyecta en sus hijos. ¿Qué puede ofrecer una madre emocionalmente agotada a un bebé además de su ansiedad? A veces, amamantar simplemente no vale la pena y las mamás necesitan alternativas.
Avergonzar a estas mamás por elegir sustitutos de la leche materna es vergonzoso. Las mujeres que quieren amamantar deben tener la libertad de hacerlo. Las mujeres que, ya sea por razones médicas o personales, prefieren o necesitan sucedáneos de la leche materna, deben poder acceder a información sobre esos productos y tomar una decisión informada, sin sentir vergüenza.
La OMS debe reconocer que el bienestar de una mujer es tan importante como el de su bebé.
La OMS puede tener los motivos más nobles, pero las mamás necesitan información más que consejos no deseados. Negar a las nuevas mamás información sobre los sustitutos de la leche materna las deja vulnerables a información poco confiable, incluso peligrosa, e incluso puede llevar a algunas a comprar productos en el mercado negro no regulado.
El daño del coronavirus es imposible de revertir, pero la OMS puede ayudar a aliviar parte del sufrimiento asegurándose de que las madres, y todos los consumidores, tengan la información necesaria para elegir los mejores productos para ellas y sus bebés.
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