Introducción
La digitalización está transformando el sistema financiero europeo y la prestación de servicios financieros a las empresas y los ciudadanos de Europa. En los últimos años, la UE y la Comisión adoptaron la digitalización y la innovación en el sector financiero a través de una combinación de políticas horizontales implementadas principalmente bajo el paraguas de la Estrategia para el Mercado Único Digital, la Ciberestrategia y la Economía de los datos e iniciativas sectoriales como la Directiva de Servicios de Pago, el reciente acuerdo político sobre la regulación del crowdfunding y el Plan de Acción FinTech. Las iniciativas establecidas en el Plan de Acción FinTech tenían como objetivo, en particular, apoyar la ampliación de los servicios y negocios innovadores en toda la UE, por ejemplo, mediante una mayor convergencia de supervisión para promover la adopción de nuevas tecnologías por parte de la industria financiera (por ejemplo, computación en la nube), pero también para mejorar la seguridad y la resiliencia del sector financiero. Todas las acciones del Plan han sido completadas.
El ecosistema financiero está en constante evolución, con tecnologías que pasan de la etapa de experimentación a la prueba piloto y la etapa de implementación (por ejemplo, cadena de bloques, inteligencia artificial, Internet de las cosas) y nuevos actores del mercado que ingresan al sector financiero, ya sea directamente o a través de asociaciones con las instituciones financieras establecidas. En este entorno de rápida evolución, la Comisión debe garantizar que los consumidores europeos y la industria financiera puedan aprovechar el potencial de la transformación digital al tiempo que mitigan los nuevos riesgos que pueden traer consigo las finanzas digitales. El grupo de expertos sobre Obstáculos regulatorios a la innovación financiera, establecido en el marco del Plan de acción FinTech de 2018, destaca estos desafíos en su informe publicado en diciembre de 2019.
El foco político inmediato de la Comisión está en la tarea de combatir la emergencia sanitaria del coronavirus, incluidas sus consecuencias económicas y sociales. En el aspecto económico, el sector financiero europeo tiene que hacer frente a esta crisis sin precedentes, proporcionando liquidez a empresas, trabajadores y consumidores afectados por una caída repentina de la actividad y los ingresos. Los bancos deben ser capaces de reprogramar créditos rápidamente, a través de procesos rápidos y efectivos llevados a cabo de forma totalmente remota. Otros proveedores de servicios financieros tendrán que desempeñar su papel de la misma manera en las próximas semanas.
Las finanzas digitales pueden contribuir de varias maneras a abordar el brote de COVID-19 y sus consecuencias para los ciudadanos, las empresas y la economía en general. De hecho, se puede esperar que la digitalización del sector financiero se acelere como consecuencia de la pandemia. La emergencia del coronavirus ha subrayado la importancia de las innovaciones en los servicios de productos financieros digitales, incluso para aquellos que no son nativos digitales, ya que durante el confinamiento todo el mundo está obligado a depender de servicios remotos. Al mismo tiempo, dado que las personas tienen acceso a sus cuentas bancarias y otros servicios financieros de forma remota, y dado que los empleados del sector financiero trabajan de forma remota, la resiliencia operativa digital del sector financiero se vuelve aún más importante.
Como se establece en el programa de trabajo de la Comisión, dada la naturaleza amplia y fundamental de los desafíos que enfrenta el sector financiero, la Comisión propondrá en el tercer trimestre de 2020 una nueva estrategia de finanzas digitales/plan de acción de tecnología financiera que establece una serie de áreas que la política pública debe centrarse en los próximos cinco años. También incluirá medidas políticas organizadas bajo estas prioridades. La Comisión también puede añadir otras medidas a la luz de la evolución del mercado y en coordinación con otras iniciativas horizontales de la Comisión ya anunciadas para seguir apoyando la transformación digital de la economía europea, incluidas nuevas políticas y estrategias sobre datos, inteligencia artificial, plataformas y ciberseguridad.