Cómo Donald Trump puede eludir las regulaciones tecnológicas europeas

Si hay un punto positivo en las amenazas comerciales de Trump, es que se ha recalibrado la conversación sobre cómo mejorar el espacio regulatorio global para el consumidor promedio. 

La agenda comercial repleta de aranceles del presidente Trump está demostrando rápidamente... impopular con los estadounidenses, lo que podría explicar por qué la administración trabajó horas extras para cambio de marca Los aranceles como una "liberación" de socios extranjeros que trataron a Estados Unidos injustamente. Como parte de este cambio de narrativa, el equipo de Trump cuenta con al menos una herramienta ingeniosa que, en última instancia, podría servir para defender y fortalecer el libre comercio y la innovación entre Estados Unidos y sus aliados, como la Unión Europea.

Al enmarcar cualquier regulación punitiva o multa excesiva emitida por países extranjeros contra empresas estadounidenses como un dispositivo legal que “restringe, impide o impide el comercio internacional”, el presidente Trump ha presentado un nuevo argumento sobre cómo deberían funcionar la regulación digital y la diplomacia internacional en el siglo XXI.

Esta idea es más interesante e impactante de lo que mucha gente cree.

Como cualquiera que observe casualmente el mercado de valores puede decirle, la economía estadounidense está ahora ligada estrechamente al destino de sus empresas tecnológicas. estimación conservadora Con un 9% del PIB, las empresas tecnológicas más importantes de nuestro país, con sede en Silicon Valley, Austin y Nueva York, se han convertido en una presencia cotidiana en nuestras vidas. Para bien o para mal, el presidente Trump ha tomado nota.

en un par De los memorandos presidenciales emitidos en febrero, Trump anunció nuevas medidas para evaluar las prácticas comerciales restrictivas que afectan a las empresas tecnológicas estadounidenses en el extranjero. Puede que a Trump no le gusten ni confíe plenamente en las grandes tecnológicas. Aun así, él... extendido Para ellos, el paraguas de Estados Unidos es lo primero, y se comprometen a luchar contra “las políticas y prácticas unilaterales y anticompetitivas de gobiernos extranjeros” que tienen como blanco a empresas como Meta, Amazon, Google, Netflix, Apple y otras. 

Si bien la idea de aranceles recíprocos debería inquietar a cualquier economista, deberíamos prestar especial atención a los detalles de las políticas de la administración Trump. 

Un memorando menciona que, a partir de 2019, muchas naciones comerciales implementaron Impuestos a los Servicios Digitales (DST) que, según admiten abiertamente funcionarios de gobiernos extranjeros, están diseñados para saquear a las empresas estadounidenses. El documento también menciona las multas e impuestos extorsivos que existen para apuntalar las economías extranjeras en crisis.

Aunque las órdenes ejecutivas no mencionan las leyes específicas ni las multas por su nombre, se puede intuir con seguridad la referencia a varios reglamentos promulgados en el unión Europea, a saber, la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA), así como el llamado “impuesto al enlace” esfuerzos en Canadá y Australia.

Los reguladores en Bruselas han de trinquete han intensificado la aplicación de estas regulaciones y no han cejado en su empeño ahora que el presidente Trump ha aumentado la presión sobre el comercio.

En marzo, la Comisión Europea declaró tres violaciones separadas de la DMA contra Apple, Meta y Google, amenazando con hasta 10 por ciento de los ingresos globales de cada uno de los gigantes tecnológicos. Las infracciones se relacionan con diversos aspectos de la autopreferencia en plataformas, las normas de consentimiento publicitario y la interoperabilidad, según lo exige la legislación europea.

Lo importante de la forma en que Trump enmarca estos asuntos es que considera que estas medidas regulatorias son perjudiciales no solo para los innovadores estadounidenses, sino para la economía global y los consumidores en su conjunto. El régimen regulatorio de la UE se ha convertido en un asunto diplomático. 

En lugar de solo Meta contra la UE o Apple contra Bruselas, Trump se ha encargado de considerarlo una lucha regulatoria más amplia entre Estados Unidos y la Unión Europea. Como estrategia, está teniendo cierto impacto.

Maroš Šefčovič, Comisario de Comercio de la UE le dijo a una audiencia En Washington, la comisión afirmó que estaba abierta a un “diálogo sobre las grandes tecnológicas”, aunque minimizó las acusaciones de discriminación contra las empresas estadounidenses. 

Tan solo unas semanas después, durante una revisión del paquete “Ómnibus” de la Comisión Europea, los reguladores insertado Varias modificaciones para facilitar los requisitos de información ESG y de sostenibilidad para las empresas globales con operaciones en la UE.

Revirtiendo años de la Proceso de elaboración de normas europeas Será casi imposible. Aun así, estos sutiles cambios son un atisbo de esperanza de que la UE y Estados Unidos puedan volver a colaborar en tecnología e innovación. 

En el país, las empresas estadounidenses aún enfrentan un clima hostil en Washington. Trump las defiende del antagonismo en el extranjero, solo para prescindir del papel del "Policía Bueno" y continuar con los litigios contra empresas como Amazon y Google por presuntas... violaciones antimonopolioLa demanda de la FTC contra las adquisiciones de Instagram y WhatsApp por parte de Meta hace más de una década tendrá su primera audiencia judicial el próximo mes. Al mismo tiempo, un juez reseñas Remedios para obligar a Google a vender su popular navegador Chrome. 

Resulta incoherente que Trump evite todas las amenazas regulatorias y aranceles extranjeros contra la tecnología estadounidense mientras la somete a una guerra legal punitiva en nuestros propios tribunales que solo perjudicará a los consumidores que valoran estos productos y servicios. Al mismo tiempo, una guerra comercial no beneficiará a nadie.

Si hay un punto positivo en la cacofonía de amenazas comerciales de Trump, es que se ha recalibrado la conversación sobre cómo mejorar el espacio regulatorio global para el consumidor promedio. 

La capacidad de cambiar la conversación siempre ha sido el arma más inteligente de Trump y está brindando una gran oportunidad para mejorar nuestras relaciones tecnológicas y comerciales.

Publicado originalmente aquí

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