Kuala Lumpur, 5 de diciembre de 2025 — El Centro de Elección del Consumidor (CCC) se opone firmemente a la propuesta del gobierno de Malasia de imponer una prohibición general del uso de las redes sociales para personas menores de 16 años a partir de 2026, advirtiendo que la política es poco realista, inaplicable y es probable que genere mayores riesgos para los usuarios jóvenes en lugar de reducir el daño.
Si bien la CCC reconoce la importancia de proteger a los menores de los peligros en línea, la organización argumenta que la prohibición es la herramienta inadecuada para un problema complejo de política digital. En lugar de mejorar la seguridad, la prohibición corre el riesgo de empujar a los adolescentes hacia plataformas inseguras, espacios anónimos y herramientas de evasión que los colocan fuera del alcance de la orientación parental y la protección regulatoria.
Asociado de país de CCC Malasia, Tarmizi Anuwar, dijo que la propuesta refleja una óptica política más que una formulación de políticas efectiva.
“Prohibir las redes sociales no soluciona el problema de fondo. Solo lo oculta. Esta política asume que el acceso es la enfermedad, cuando en realidad el verdadero problema es la educación, el comportamiento y la responsabilidad guiada.”
La evidencia académica muestra que las prohibiciones no resuelven el problema
Un creciente cuerpo de investigación académica advierte que es poco probable que las prohibiciones totales del uso de las redes sociales por parte de los adolescentes mejoren la salud mental o la seguridad en línea de manera significativa.
Un estudio de 2024 publicado por la prestigiosa revista de salud Salud Mental JMIR Se concluyó que no hay suficiente evidencia que respalde las prohibiciones generales como respuesta eficaz a los problemas de salud mental de los jóvenes. El artículo argumenta que el bienestar adolescente está estrechamente vinculado a las habilidades de regulación emocional y al comportamiento digital, más que al acceso en sí. Eliminar el acceso no desarrolla autocontrol, resiliencia ni habilidades digitales esenciales.
Investigación adicional de Profesora asociada Jennifer Alford en la Universidad Griffith y la Academia Australiana de Humanidades apoya esta conclusión, advirtiendo que las prohibiciones por edad son herramientas políticas contundentes que pueden retrasar la madurez digital, suprimir la participación saludable en línea y limitar el acceso a las redes de apoyo social para los jóvenes.
“Si el objetivo es que los jóvenes sean más seguros y fuertes, la evidencia apunta en contra de la prohibición y en contra de la educación”, dijo Tarmizi. “La prohibición enseña a evitar, no a asumir la responsabilidad”.”
Retrasar el acceso no genera madurez digital
CCC advierte que proteger a los jóvenes malasios de las plataformas digitales hasta los 16 años no los prepara para una vida adulta conectada.
“Hoy en día, las redes sociales son una infraestructura de comunicación”, afirmó Tarmizi. “Es donde los jóvenes aprenden límites sociales, discernimiento de información y habilidades interpersonales. Eliminar el acceso no crea resiliencia. La pospone”.”
La madurez digital, sostiene CCC, se desarrolla a través de una exposición cuidadosa, orientación y responsabilidad, en lugar de un aislamiento artificial de la tecnología, que sigue siendo inevitable en la sociedad moderna.
Una alternativa más inteligente: educación, responsabilidad y elección
El Centro de Elección del Consumidor insta al gobierno a adoptar soluciones prospectivas que empoderen a las familias y a los jóvenes en lugar de imponer restricciones universales.
Los esfuerzos de política deberían centrarse en:
- Mejor educación digital y alfabetización mediática en las escuelas
- Mayor participación y concienciación de los padres
- Apoyo a la resiliencia emocional y al pensamiento crítico entre los jóvenes
- Preservar la elección individual basado en valores familiares y niveles de madurez
“Las buenas políticas desarrollan capacidades. Las malas políticas construyen barreras que los jóvenes de todos modos escalan. Debemos formar jóvenes malasios con confianza digital, no criar una generación sin preparación para las realidades de la vida en línea, concluyó.


