Como economista de la salud alemán que vivió en Gran Bretaña, aprendí mucho sobre el NHS y la admiración que la gente siente por él. Pero hay un aspecto del sistema que me sigue desconcertando: el tiempo que lleva ser atendido, tratado o derivado. En Alemania, estos retrasos son prácticamente inauditos. Aquí en el Reino Unido, son una realidad cotidiana.
En general, desde citas con médicos de cabecera hasta consultas con especialistas y cirugías electivas, los tiempos de espera en Gran Bretaña son inaceptablemente largos. Y están empeorando. 7,5 millones En Inglaterra, las personas están ahora en listas de espera del NHS para tratamientos electivos, y muchos pacientes se ven obligados a esperar más de un año. En Alemania, estos retrasos son tan poco frecuentes que ni siquiera se miden rutinariamente. ¿Por qué? Porque simplemente no suponen un problema.
Permítanme ofrecer una comparación basada tanto en la experiencia como en los datos. Consultar con un médico de cabecera en Alemania suele llevar cuatro días, a menudo menos, especialmente para quienes tienen seguro privado. En el Reino Unido, la espera media es de unos... 10 díasEl año pasado, más de 17 millones de pacientes esperaron más de cuatro semanas. Para ver a un especialista en Alemania, los pacientes con seguro obligatorio esperan aproximadamente 30 días En promedio, quienes tienen seguro privado, poco más de una semana. En el Reino Unido, la espera media es de 3,3 semanas, pero muchos pacientes, especialmente en zonas de bajos recursos, sufren retrasos de cinco meses o más.
Y luego está la cirugía electiva. El NHS busca tratar a los pacientes dentro de las 18 semanas posteriores a la derivación, pero millones esperan mucho más. Muchos viven con dolor, su condición se deteriora, sin tener claro cuándo, o incluso si, será operada. En Alemania, si bien las estadísticas nacionales detalladas sobre las esperas para cirugía electiva son escasas, esto se debe principalmente a que no existe una necesidad urgente de recopilarlas. El sistema funciona lo suficientemente bien como para que los retrasos no sean una preocupación política importante, y los pacientes generalmente reciben tratamiento en semanas, no meses.
El sistema alemán demuestra que las largas esperas no son una característica universal de la atención sanitaria pública.
¿Qué explica esta diferencia? Gran parte de la respuesta reside en la estructura de la atención sanitaria. A diferencia del NHS del Reino Unido, predominantemente estatal, Alemania ofrece atención sanitaria universal mediante un sistema en el que la mayoría de los servicios, desde médicos de cabecera hasta hospitales, son prestados por médicos, clínicas y hospitales privados que operan con financiación pública. Este modelo combina la cobertura universal con la eficiencia y la capacidad de respuesta de los proveedores independientes. Los pacientes pueden elegir entre una amplia red de consultorios que compiten entre sí, lo que incentiva la atención oportuna y de alta calidad. El resultado es un sistema accesible para todos, pero lo suficientemente ágil como para evitar los cuellos de botella y las demoras que se han vuelto habituales en el NHS.
El sistema alemán demuestra que las largas esperas no son una característica universal de la atención sanitaria pública: son un síntoma de decisiones políticas y de diseño sistémico.
Los pacientes británicos merecen algo mejor. No deberían quedar en un limbo durante meses, soportando el dolor y la incertidumbre mientras esperan una consulta o un procedimiento básico. El Secretario de Salud, Wes Streeting, debe asumir la urgente misión de abordar esta crisis de frente. Esto implica aprender de los sistemas que brindan atención médica de manera oportuna y equitativa, y eso implica mirar hacia lugares como Alemania.
Esto no es solo una cuestión política. Es una cuestión moral. Nadie debería esperar más de un año para una cirugía. Nadie debería tener que buscar citas con el médico de cabecera o derivaciones a especialistas como si fueran billetes de lotería. Una sociedad civilizada no lo tolera, y un sistema de salud moderno no debería exigirlo.
Si Gran Bretaña realmente quiere devolver al NHS el honor que una vez tuvo, debe ir más allá de los eslóganes y empezar a emular sistemas que funcionan. Alemania es uno de ellos. Y las lecciones están ahí, si alguien está dispuesto a escucharlas.
Publicado originalmente aquí