Luego de una revisión adicional, está claro que los productos de vapeo con sabor son fundamentales para ayudar a los fumadores adultos en su búsqueda para dejar de fumar cigarrillos. Es nuestra opinión que la legislación sobre los sabores de vapeo debe tener en cuenta este hecho, e instamos a los legisladores a que no implementen de manera generalizada tales prohibiciones. Como se ha demostrado, sabemos que las prohibiciones de sabores reavivan los problemas de la prohibición, lo cual es un neto negativo para la sociedad, tanto en términos de actividad delictiva como de seguridad del consumidor. También sabemos que prohibir los sabores corre el riesgo muy serio de hacer que los vapeadores vuelvan a fumar cigarrillos.

Si bien el acceso de los jóvenes a los productos de vapeo es un problema grave y debe abordarse, sería un error prohibir los sabores de vapeo para intentar lograr el objetivo de eliminar el uso de los jóvenes. Prohibir los sabores dañaría desproporcionadamente a los fumadores que intentan dejar de fumar, lo que va en contra de los objetivos de las agencias de salud pública. En lugar de promulgar prohibiciones de mano dura y recrear la prohibición, sería mejor si los legisladores se centraran más estrechamente en el acceso de los jóvenes al punto de venta. Por ejemplo, los legisladores podrían promulgar normas que prohíban más estrictamente el acceso de los jóvenes, sancionando a aquellos que violen estas leyes con penas más estrictas. Sería razonable que las autoridades de salud revocaran las licencias comerciales de las empresas que vendieran a menores en repetidas ocasiones. Una vez que se establecen las sanciones y los dueños de negocios tienen su sustento en juego, es poco probable que esos dueños de tiendas corran el riesgo de vender a menores.