Alejarse de la peligrosa burocracia digital de Bruselas es esencial para el crecimiento económico

El comienzo de un nuevo año siempre marca la introducción de algún tipo de nuevo marco regulatorio. La UE dio la bienvenida a Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen, y la política común de cargadores entró en vigor (incluso en Irlanda del Norte, lo que volvió a suscitar la preocupación por una posible infracción de la normativa de los cargadores). Sin embargo, en el Reino Unido, entramos en vigor una de las leyes digitales más importantes: la Ley de Mercados Digitales, Consumidores y Competencia de 2024 (DMCCA), que constituye el marco para los mercados digitales en el Reino Unido.

Poco después, la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), con sus nuevas facultades, decidió investigar a Google por su dominio del mercado como motor de búsqueda y en la publicidad en buscadores. Esta investigación busca determinar si Google tiene un "Estatus de Mercado Estratégico" (SMS) en estos ámbitos. Una vez designado como tal, la CMA tendrá la facultad de imponer requisitos de conducta (CR) o Intervenciones Pro Competencia (PCI) sobre la forma en que Google puede prestar su servicio, lo cual afecta considerablemente a los consumidores.

Un ejemplo de estas intervenciones se puede encontrar en la UE. Si buscas un restaurante o una tienda en Google, puede que se muestre un mapa, pero se ha desactivado la opción de hacer clic en él y también se ha eliminado el enlace de Maps en la barra de búsqueda de Google. Esto se debe a que la UE considera que Google está promocionando su propio producto, Google Maps, y no permite que otros proveedores de mapas compitan con él, un concepto denominado autopreferencia.

Las exigencias de la UE han supuesto una gran fuente de inconvenientes para muchos consumidores, cuya interfaz y eficiencia se han visto perjudicadas por excesos burocráticos. La CMA también investigará a otras empresas a su debido tiempo y ya ha iniciado una investigación sobre Apple.

La CMA ha recurrido a uno de los trucos clásicos para legitimar su propuesta de intervención: ha lanzado una consulta y la ha bombardeado con un galimatías incomprensible que impide al consumidor común expresar sus preocupaciones. Cabe destacar también que el contexto de esta consulta es prácticamente un calco de su investigación sobre Google de 2019-2020. Desde entonces, la industria ha experimentado cambios radicales, como la introducción de la IA en los motores de búsqueda.

La realidad es que esta investigación plantea una pregunta compleja, con el potencial de tener consecuencias de amplio alcance que afectarán al consumidor habitual. Si un nuevo restaurante independiente no puede usar uno de los buscadores más grandes para ubicarse en el mapa, ¿cómo podrá tener éxito y que los consumidores lo disfruten?

Entiendo el dilema de la CMA: se la está convirtiendo en el chivo expiatorio de la institución que tiene que regular la actividad digital con un equipo pequeño (aún más pequeño ahora, ya que tuvo que despedir al 10 por ciento de sus empleados debido a un error de presupuesto). Esto es una tarea imposible de lograr, incluso si se invierte el 100 % del PIB del Reino Unido en intentarlo. Los reguladores reaccionan a la innovación y no la anticipan. Esto también conduce a una legislación mucho más restrictiva.

El otro dilema es conciliar la competencia con el efecto de red. Lo que hace de internet un mercado interesante es que adquiere valor a medida que más personas lo utilizan. Cuantas más personas introduzcan sus datos en Google, más útiles serán para todos. Esto, intuitivamente, llevaría a la conclusión de que se elimina la competencia, ya que todos se inclinarán a usar Google.

Sin embargo, este no ha sido el caso. Si acaso, hemos presenciado una feroz competencia entre todas las grandes empresas tecnológicas, lo que ha permitido la creación de productos más innovadores. Esto se ve agravado por la introducción de la IA, donde cada vez más personas utilizan Chat-GPT en lugar de Google, lo que obliga a Google a introducir sus propias capacidades de IA en sus motores de búsqueda. Esto no es un monopolio, es competencia.

Fundamentalmente, estas intervenciones regulatorias tienen una mentalidad tan burocrática que estas investigaciones ni siquiera consideraron la satisfacción actual del consumidor con los productos que poseen y usan, ni siquiera intentaron cuantificar la variación de la satisfacción del consumidor antes y después de dichas intervenciones. Mientras tanto, para que las empresas obtengan beneficios en este sector, deben considerar considerablemente la satisfacción del consumidor, un método posiblemente mejor para autorregular la protección del consumidor.

La realidad es que, en un momento en que el Reino Unido se ha estancado económicamente, esto se debe a estas medidas restrictivas. La mentalidad burocrática de Whitehall valora su capacidad de controlar e imponerse a la industria en lugar de colaborar con los mercados para fomentar la innovación, la protección del consumidor y la comodidad.

Para crecer, necesitamos fomentar la innovación y los avances tecnológicos, que catalizarán los recursos actuales para aumentar nuestra producción exponencialmente. Rachel Reeves insinuó estas medidas al mencionar el reemplazo de la cátedra de la CMA en su... discursoSin embargo, modificar una mentalidad tan burocráticamente restrictiva requiere algo más que palabras, y ese será el reto del Gobierno en los próximos años.

En conclusión, la Primera y la Segunda Revolución Industrial fueron lideradas por Gran Bretaña. Si bien figuras británicas destacadas contribuyeron a impulsar la Tercera Revolución Industrial, no estábamos en condiciones de liderarla, y ahora, al acercarnos a la Cuarta Revolución Industrial, la era de la Inteligencia Artificial, son los estadounidenses quienes han creado el caldo de cultivo para dicha innovación.

Con la investidura de Donald Trump, es muy probable que se amplifique su entorno permisivo para la innovación. Reeves dijo todo lo correcto en su discurso en Siemens, pero para que el Reino Unido tenga una oportunidad real de liderar la innovación digital, necesitamos menos investigaciones y alineamiento con la UE, y un pensamiento más emprendedor y realista.

Publicado originalmente aquí

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