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Agricultura sostenible

Desafíos y oportunidades para un sistema alimentario del siglo XXI

Desde todas las perspectivas disponibles, la humanidad ha logrado la fenomenal tarea de hacer que los alimentos sean más seguros, más disponibles y más asequibles durante muchos siglos. A través de la intensificación agrícola y la maquinaria moderna, la innovación ha catapultado a la mayoría de las naciones de la agricultura campesina a las comodidades del mundo moderno. Visitar una granja hoy en día deja a uno hipnotizado por la gran cantidad de progreso tecnológico que habría sido insondable para nuestros antepasados.

Pero con nuevas oportunidades vienen nuevos desafíos. El cambio climático, así como un cambio político hacia una toma de decisiones más consciente del medio ambiente, ha cambiado la cuestión de la agricultura de "qué" producimos a "cómo" producimos. La agricultura se encuentra en el centro del escenario de una batalla de ideas y hojas de ruta políticas, y con demasiada frecuencia se aleja de las necesidades de los agricultores y los consumidores y se adentra en el ámbito de la ideología. Cada vez es más difícil argumentar a favor de la formulación de políticas basadas en evidencia.

La Unión Europea quiere crear un sistema alimentario sostenible, sin embargo, las decisiones políticas tanto a nivel europeo como de los estados miembros han carecido constantemente de coordinación. Europa está atrasada en la innovación en lo que respecta a la nueva tecnología agrícola, al tiempo que elimina gradualmente las herramientas de protección de cultivos. La agricultura orgánica está siendo cada vez más incentivada por las políticas públicas.

Este documento de política explora los desafíos de definir cómo debería ser la agricultura sostenible mientras disipa muchos de los mitos presentes en el debate que rodea a la agricultura convencional y orgánica. El Consumer Choice Center cree que necesitamos una base común de hechos y conocimientos, y debemos esforzarnos por trabajar juntos para crear el mejor sistema tanto para los agricultores como para los consumidores.

Peligro vs Riesgo

La regulación basada en el riesgo gestiona la exposición a los peligros. Por ejemplo, el sol es un peligro cuando se va a la playa, pero la luz solar permite que el cuerpo produzca vitamina D y cierta exposición a ella es esencial para la salud humana. Como con todo lo demás, lo que importa es la cantidad de exposición. Un enfoque regulatorio de la luz solar basado en los peligros nos encerraría a todos en el interior y prohibiría todas las excursiones a la playa, en lugar de advertir a los bañistas que limiten su exposición aplicándose protector solar. El resultado final sería dañar, no proteger la salud humana. La misma lógica de la regulación basada en peligros se aplica con demasiada frecuencia en la regulación de protección de cultivos, donde crea inconsistencias igualmente absurdas. Por ejemplo, si se rociara vino en los viñedos como pesticida, tendría que estar prohibido por la legislación de la UE, ya que el alcohol es un carcinógeno conocido y bastante potente a altos niveles de consumo.

Todo esto se racionaliza a través de una aplicación inconsistente y distorsionada del principio de precaución. En esencia, los defensores de la regulación basada en peligros respaldarían la prohibición de todos los métodos de protección de cultivos que no puedan demostrarse completamente seguros en ningún nivel, sin importar cuán poco realista sea, un estándar que, si se aplica de manera consistente, prohibiría todos los alimentos orgánicos, todos los medicamentos que salvan vidas, y ciertamente toda sustancia natural y sintética. Ignorando la importancia de la ecuación Riesgo = Peligro x Exposición, la regulación basada en peligros no sigue un enfoque de formulación de políticas científicamente sólido.

Varios grupos activistas de la sociedad civil se han propuesto reducir la cantidad total de herramientas de protección de cultivos, con demasiada frecuencia por razones ideológicas. En ese proceso, ciertos actores han optado por desinformar a los consumidores sobre la naturaleza de los compuestos químicos o su efecto sobre los insectos, la calidad del suelo o la salud humana.

Para dejar las cosas claras, nos gustaría resumir una serie de hechos:

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los agricultores de todo el mundo perderían del 30 al 40 por ciento de sus cultivos debido a plagas y enfermedades. Por lo tanto, se enfatiza la importancia de la protección de cultivos, sin embargo, es igualmente importante abordar el proceso de aprobación de productos químicos que guía la seguridad alimentaria en Europa.

Nos gustaría enfatizar que creemos en la integridad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), para determinar la seguridad de una herramienta de protección de cultivos. Sin embargo, este no ha sido un sentimiento compartido dentro de las instituciones de la Unión Europea. El Parlamento Europeo ha puesto en duda la integridad científica de la EFSA, particularmente en lo que se refiere a la aprobación del compuesto herbicida glifosato. En 2017, la EFSA fue obligado a responder a alegaciones de conflicto de intereses que no habían sido fundamentadas. Escribe en su respuesta: "Los artículos de revisión en cuestión [aquellos que se sospecha que fueron influenciados por el fabricante] representaron solo dos de aproximadamente 700 referencias científicas en el área de toxicología de mamíferos consideradas por la EFSA en la evaluación del glifosato".

Posteriormente, el Parlamento Europeo creó el Comité Especial sobre el procedimiento de autorización de pesticidas de la Unión (PEST), que cuestionó aún más la integridad de la EFSA, y ha ensombrecido el trabajo de la EFSA y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), en un reporte lanzado en 2018.

Los hechos científicos no deben ser objeto de interpretación política. El método científico se supone que es un medio de adquirir conocimiento que se adapta a la introducción de nueva información. Las instituciones políticas deben tener cuidado de no crear un entorno en el que se aprueben las evaluaciones de inocuidad de los alimentos favorables a la mayoría política, mientras se investigan las que rechazan las premisas de la mayoría política.

Descargue los Desafíos y Oportunidades de la Agricultura Sostenible para un Sistema Alimentario del Siglo XXI aquí:

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