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Javier Fernández-Lasquetty sobre la libertad y la innovación en la era del coronavirus

La crisis sanitaria del COVID-19 ha puesto de manifiesto, por un lado, las debilidades en la forma en que hemos concebido nuestros sistemas institucionales durante los últimos sesenta años. Por otro lado, cómo los mercados intervenidos y dirigidos se vuelven particularmente ineficientes en tiempos de crisis. 

Así, de las muchas respuestas que vemos todos los días, son aquellas que surgen espontánea y libremente las que ofrecen respuestas más rápidas y efectivas. El orden espontáneo vuelve a ser la mejor respuesta a la compleja y petrea estructura del Estado.

La gestión de la provisión de material sanitario y medicamentos es actualmente uno de los puntos más débiles de nuestros sistemas sanitarios, no por su falta de eficacia, sino por la lentitud de respuesta. Esta lentitud se debe precisamente al exceso de control por parte de las autoridades públicas que, en muchos países, ha provocado una intolerable lentitud en la compra de productos tan básicos como medios de protección de los trabajadores sanitarios. 

Si es importante la dotación de medios de protección, lo es especialmente, por la urgencia, cómo gestionar de forma rápida y segura las nuevas investigaciones y el posterior patentamiento de medicamentos y/o vacunas para frenar la pandemia. 

En mi opinión, hay que prestar atención a ambos aspectos. La urgencia de la búsqueda de una vacuna puede dar lugar a la aparición de proveedores en el mercado negro debido a los protocolos de validación y a las diversas pruebas que tiene que pasar cualquier fármaco en el mercado ordinario, pruebas que pueden ser ignoradas en el mercado negro, o aplicadas con menos cuidado. El problema con esto es que, si no se presta la debida atención al segundo aspecto, gestionar la investigación y las patentes de forma rápida y segura, no solo se pueden causar graves daños a la salud de las personas, sino que también se pueden robar patentes para fabricar el medicamento en mercados paralelos. fuera de los controles médicos, con evidentes consecuencias. 

Creemos que la seguridad en la creación de medicamentos y vacunas debe ser especialmente buscada por las instituciones, sin distinguir entre públicas y privadas. Esta circunstancia implica no sólo garantizar que se cumplan los controles oportunos sino también proteger la propiedad en la creación de los mismos ya que, de lo contrario, se desincentivaría la investigación, especialmente en el ámbito privado. Sin duda, proceder de esta forma acarrearía dificultades para encontrar soluciones a estos problemas médicos al dejar fuera del circuito productivo a un importante agente que, como se ha demostrado en la gestión de esta crisis sanitaria, presta una importante y necesaria ayuda al sector público.

No es descabellado recordar que los tiempos de crisis son tiempos de oportunidad, incluso en circunstancias tan graves como las actuales. Es en ellos donde se encuentran oportunidades en las debilidades del sistema para que, con ingenio y creatividad, se mejore y se busquen nuevas oportunidades de crecimiento. 

Es necesario en este punto apelar a la innovación disruptiva. La mejor lección que ya nos deja esta terrible crisis sanitaria es que sólo a través de la cooperación espontánea y voluntaria, la libre creación y la ausencia de trabas burocráticas en la búsqueda de soluciones seremos eficientes.

Javier Fernández-Lasquetty
Consejero de Hacienda. Comunidad de Madrid (España)
Ex consejera de Sanidad. Comunidad de Madrid (España)

Las opiniones expresadas aquí pertenecen a los autores y no reflejan necesariamente la política oficial o la posición del Consumer Choice Center. Cualquier contenido proporcionado por nuestros bloggers o autores es de su opinión.

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