En resumen, los desechos plásticos son un problema en los Estados Unidos, pero las iniciativas locales, estatales y federales propuestas para lidiar con los desechos plásticos en gran medida no dan en el blanco. Una estrategia más integral, que abarque los siguientes elementos de política, sería una forma muy superior para que los EE. UU. aborden los desechos plásticos mientras defienden la elección del consumidor:

Prohibición de la exportación de desechos plásticos a países que no cumplen con los estándares de gestión ambiental. EE. UU. no debe descargar sus desechos plásticos en países que los manejan mal, lo que resulta en que dichos desechos terminen en el medio ambiente. Dicho esto, la prohibición solo debería aplicarse a los países que no gestionan adecuadamente los residuos plásticos. Para los países que tienen una capacidad de reciclaje avanzada, no debería prohibirse la exportación de desechos plásticos.

Expansión de tecnología avanzada de reciclaje y permisos de despolimerización química. Al incitar a la inversión privada en el reciclaje avanzado, EE. UU. puede hacer un trabajo mucho mejor para garantizar que los desechos plásticos se recuperen y luego se reciclen, reutilicen o conviertan. Al mismo tiempo, las políticas deben respaldar la neutralidad tecnológica y, en última instancia, dejar que el mercado decida si reciclar un producto tiene sentido o no.

Adoptar soluciones innovadoras y de mercado para el problema del plástico en los Estados Unidos. Hay una variedad de productos nuevos e innovadores que se están lanzando al mercado para abordar los desechos plásticos. Hay nuevas clases de productos de polihidroxialcanoato (PHA) de un solo uso de vasos, recipientes para llevar y pajitas que son casi completamente biodegradables, lo que resuelve el problema de los desechos plásticos mal administrados que tardan décadas o siglos en descomponerse.

Evaluar los mecanismos de mercado para fijar el precio de los residuos en consecuencia, de modo que las externalidades de los residuos mal gestionados no se descarguen en las comunidades y las agencias locales de gestión de residuos. Proponemos una revisión completa de cómo EE. UU. puede poner precio a los desechos de manera efectiva, en consulta con los consumidores y los productores.